¿Qué (podemos) esperar?

gallegosCon esta pregunta de raigambre kantiana nos hacemos eco de un artículo en el que se analizan los fundamentos del pensamiento económico alemán, que han determinado – y siguen haciéndolo- los posicionamientos políticos de este país en la crisis del euro.

En el mismo, se establece la actual koiné económica alemana en el surgimiento del ordoliberalismo, tendencia académica surgida en Alemania en la década de los treinta del siglo XX de la mano de Walter Eucken y más tarde relacionada con la escuela clásica austríaca de Mises y Hayek, que nace como respuesta al proteccionismo nacionalista de los gobiernos alemanes previos a la Segunda Guerra Mundial y que se articula alrededor de la idea de economía social de mercado, con un fuerte énfasis en el óptimo funcionamiento de los mercados en ausencia de interferencias -léase regulaciones estatales-, en la estabilidad monetaria y de los precios ( vía control estricto de la inflación) y en la necesidad de bancos centrales independientes, además de una creencia, rayana en el dogma, en la necesidad de que cada agente soporte el riesgo moral de sus actividades económicas.

Tras esta introducción, en la que se confrontan estas ideas fuerzas con la crítica de economistas cercanos a posiciones keynesianas, se describe el posicionamiento en política económica de los principales partidos políticos alemanes y se analiza el posible cambio de política económica en Alemania en función de los distintos escenarios políticos que pudieran emerger de las próximas elecciones al Bundestag en septiembre de 2013.

No parece haber gran esperanza en un posible cambio de rumbo de la política alemana, hegemónica en el devenir de la gobernanza europea y en la deriva, ya perfectamente asentada, de demolición de una de sus grandes construcciones, aún con todas sus sombras: el estado de bienestar, sustentado en el gran pacto social surgido en Europa tras la Segunda Guerra Mundial – que algunos, desde su posición intocable, dan por finiquitado-. No queda otra que, desde estas páginas, lanzar otra pregunta, de nuevo de raigambre kantiana:

¿Qué (debemos) hacer?

Más información:

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